Cuando me reposo en lo más profundo
de la selva de mis
sueños
es cuando aparece este ser,
tan particular,
cuya música de fondo es un sonido
de chillido
enloquecedor,
una bisagra oxidada de
vuelta infinita
y muy, muy aguda.
El mosquito.
Quien trata de ponerme nervioso
para que mi flujo sanguíneo fluya más
rápido
y esté más calentito.
Les encanta llenarse las vísceras de sangre.
Por ahora solo me mira, ahí, sobre la pared,
solo me mira,
pero sé lo que pretende!
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